En Vespaara se puede encontrar de todo, siempre y cuando puedas pagar por ello. En el polo sur del planeta, donde nunca da la luz del sol, este «oasis» rocoso vive en un ocaso eterno. Debido a su crepúsculo sempiterno, este rincón es perfecto para el espectáculo que acoge la arena, pues nunca descansa. Por si fuera poco, la increíble aurora que se contempla durante todo el año en el cielo y que cambia constantemente se asemeja a un público celestial de siniestros ojos rojos y púrpuras, siempre intimidatorio. El espectáculo nunca termina...